Javier Montero es un joven de 17 años de Cuenca. Como tantos otros chicos de su edad, es un enamorado del fútbol. Juega en un pequeño equipo local, y aunque tiene claro que su futuro no está en el deporte, se pasa todo el tiempo libre que le dejan sus estudios dándole patadas al balón. Sus padres, María del Carmen y Félix, le permiten entrenar lo que quiera con una sola condición: que apruebe todo.
Javier había podido ir cumpliendo con su parte del trato sin problemas; pero, hace dos años, el inglés se convirtió en su bestia negra. Nunca se le había dado especialmente bien, aunque conseguía ir pasando de curso con notas mediocres; hasta que el profesor decidió hacer todos los exámenes de forma oral. Javier es bastante introvertido, y la comunicación no es precisamente su fuerte. Ello, unido a las dificultades que de por sí encuentra en la lengua anglosajona, le hizo suspender.
Le apuntaron a una academia, pero no sirvió de mucho. Sus padres vieron que la única solución posible era enviarle a un país anglófono para que viviese una inmersión lingüística, y no le quedase otra alternativa que hablar en inglés para comunicarse. “Siempre creímos que el mejor modo de aprender un idioma es estudiarlo en el país en el que se habla”, comenta Félix.
“Investigamos las distintas posibilidades, y cuando descubrimos Lingoo, dejamos de buscar. Es cierto que hay campamentos de idiomas, pero en ellos Javier tendría la posibilidad de hablar español con otros chicos. Una estancia con una familia inglesa nos pareció mucho más efectiva; aunque, teniendo en cuenta lo poco comunicativo que es nuestro hijo, necesitábamos estar seguros de que los anfitriones eran los adecuados. Lingoo se erigió como la herramienta ideal para buscar hogar en Reino Unido. Su gran ventaja era que los perfiles de sus miembros ofrecían todo tipo de datos de interés (aficiones, hábitos de vida…), lo que nos sirvió de gran ayuda para encontrar la familia idónea”.
Tras una búsqueda en Lingoo, dieron con los Evans, una familia de Manchester con dos hijos de 15 y 17 años que no solo eran afines a Javier por la edad; también son grandes amantes del fútbol. María del Carmen y Félix animaron a su hijo a que chatease con ellos a través del sistema de mensajería ‘online’ de la web, para que se fuesen conociendo antes del viaje y comprobar así si realmente se podían llevar bien. Con las ligas inglesa y española como tema central de sus conversaciones, en menos de dos meses ya estaban deseando conocerse.
Las tres semanas que pasaron juntos fueron increíbles. Aunque Javier es tímido, los partidos de fútbol y las tardes entrenando le hicieron disfrutar muchísimo. La guinda del pastel llegó el último fin de semana de su estancia, cuando los Evans le llevaron al estadio del Manchester United a ver un partido. “Todavía tengo las entradas colgadas en mi habitación”, cuenta Javier mientras una sonrisa se dibuja en su cara.
Como él mismo nos cuenta, su nivel de inglés mejoró exponencialmente. “Como disfrutaba tanto en mi día a día, entrenando y saliendo con Daniel y Matthew [los dos hijos de los Evans], no me daba cuenta de que estaba aprendiendo a tal velocidad”. Y, aunque su timidez no le deja confesarlo, sabemos por sus padres que, desde entonces, es uno de los alumnos más destacados de su clase de idiomas.
Aun así, Javier no considera que su dominio del inglés sea lo mejor de su estancia en Manchester. El verdadero premio fue otro. “Lo que más me gustó fue conocer a Daniel y Matthew. Lo pasé genial con ellos; de hecho, Daniel, vendrá este verano a pasar un par de semanas con nosotros a España”. Algo nos dice que serán amigos para toda la vida…
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