¿Tienes la preparación que te cualifica para enseñar español como lengua extranjera? Pues aprovéchalo, e imparte clases de idioma desde la comodidad de tu hogar. Ya son muchos los profesores que alojan a estudiantes en su casa y además les dan clases particulares, y ganan por ello hasta 800 euros a la semana. Piénsalo; puede ser una gran idea si necesitas unos ingresos extra, o si quieres darle un giro a tu carrera.
Alojar a un estudiante extranjero en casa tiene muchas ventajas (económicas y laborales). Así lo considera Marta Parra, quien lleva haciendo esto desde hace más de cinco años. Reside en Santander con su marido y su hijo, y está encantada con esta forma de trabajo. Como ella misma explica, es una alternativa flexible y divertida a un empleo de jornada completa. “Lo que más me gusta es la libertad que ofrece. No tengo que aguantar a jefes y disfruto al máximo de mi tiempo libre, el cual trato de compartir con los estudiantes que se quedan conmigo; el objetivo es lograr que vivan una inmersión lingüística total”. Marta terminó el Máster Universitario en Enseñanza de Español como Lengua Extranjera de la UIMP, y gracias a este título, puede dar clases desde la comodidad de su hogar. “Y, quién sabe; quizás algún día me decida a seguir progresando en mi carrera como maestra”, concluye.
Juan Carlos García y su pareja, Susana Martín, también acogen a estudiantes de español en su casa de Granada. Ambos son profesores y empezaron en esto en 2009. Desde entonces, han alojado a más de 30 jóvenes, procedentes de países de toda Europa. Según nos cuentan, el año pasado fue el más productivo; más de 15 alumnos llegaron a quedarse en su hogar. “Algunos están una semana, otros tres, pero lo más normal son las estancias de 15 días”, cuentan. Las clases de español son la base de su éxito como familia anfitriona. “Hemos preparado un programa de enseñanza, el cual combinamos con la inmersión lingüística total. Es de vital importancia que lo que aprenden en las lecciones se ponga en práctica inmediatamente”. Como tienen una casa grande, han llegado a alojar a varios estudiantes a la vez. “Hemos llegado a trabajar con dos o tres alumnos de edades similares a la vez. Nos encanta, porque una vez terminada la estancia, siguen en contacto con nosotros, y entre sí”, explica Susana.
Cristina Ramírez, de Madrid, terminó con éxito el Máster Universitario en Formación de Profesores de Español Como Segunda Lengua de la UNED, y decidió alojar a estudiantes en su casa. Así, desde 2012 ofrece clases particulares y alojamiento a estudiantes extranjeros. “Suelo combinar dos horas lectivas al día con actividades culturales o deportivas”, comenta. “Eso sí, intento que las lecciones no hagan que el niño se sienta como en la escuela; no hay que olvidar que están de vacaciones. Por ello, busco actividades didácticas, como juegos, o simplemente converso con ellos. Además, también programo un plan de estudios, en el que me centro en las necesidades de cada alumno”.
La demanda de este tipo de servicios está en pleno auge. Según Peter Goldstein, fundador y director de Lingoo.com (una red social de estancias en el extranjero y programas de intercambio lingüístico), hay más demanda que oferta de familias españolas que acogen a estudiantes. “Cada semana, gente de todo el mundo utiliza nuestra web para solicitar profesores de español con casa o familias de acogida. El volumen de las búsquedas es mucho mayor que el de las familias disponibles. Necesitamos más anfitriones hispanoparlantes que acojan a estudiantes extranjeros”, explica Peter.
Si quieres ser anfitrión de estudiantes, tan solo necesitas una habitación libre en una casa acogedora, y tener ganas de realizar excursiones y actividades de ocio con tus huéspedes. Las clases de español son un atractivo, obviamente, pero no son imprescindibles. El visitante lo paga todo y, si se reserva a través de webs como Lingoo.com, el precio se acuerda entre las dos partes.
Por último (y no por ello menos importante), es vital tener la motivación suficiente como para hacer que los estudiantes disfruten de unas vacaciones de idiomas, de una inmersión cultural total. “Si enfocas las estancias como un trabajo, sin más, el negocio no va a funcionar. Es necesario sentir pasión, ganas de hacer que el otro lo pase bien, de ofrecerle compañía”, concluye Cristina Ramírez. Esta es, para ella, la principal razón por la que ama este trabajo.
Nuestros Profesores Anfitriones ofrecen comida y alojamiento, además de impartir clases formales o informales de un idioma. Necesitas un certificado oficial para la enseñanza del español u otra lengua a extranjeros. Más información sobre cómo ser Profesor Anfitrión.